A un mes de la tragedia, la vida continúa…

A un mes del desborde del río Piura, las familias damnificadas que viven en los campamentos del km 980 en la vía Piura – Chiclayo se han organizado para retomar sus actividades diarias.

Para tal fin, se han conformado dos brigadas de varones y mujeres que se dedican a nivelar los terrenos para la instalación de viviendas, y a preparar los alimentos en comedores populares, respectivamente.

Radio Cutivalú llegó al Kilómetro 980 en la vía Piura – Chiclayo, lugar a donde llegó la mayoría de la población de Cura Mori que lo perdió casi todo por el desborde del río Piura, ocurrido el lunes 27 de marzo.

A un mes de la tragedia, esta población la tiene clara: están decididos a quedarse para siempre en las que consideran ahora sus tierras.

Se trata de los asentamientos Santa Rosa, San Pedro, Buenos Aires, Pozo de los Ramos, Cristo Viene, San José, Ciudad del Niño, Jesús de Nazaret, San Martín, Túpac Amaru I y II, entre otros que alberga a más de 5000 damnificadas.

Uno de esos sectores que compartió su experiencia con Cutivalú, a un mes del desborde, es Cristo Viene, que alberga a más de mil 300 pobladores que han decidido continuar con sus vidas.

Javier Girón Vilcherrez, presidente del Frente de Defensa de los asentamientos humanos de Cura Mori, señaló que pese a la adversidad, la población no bajó los brazos y de manera organizada decidieron levantarse. Explicó que como primera medida se dividieron en dos brigadas de hombres y mujeres, respectivamente, con el objetivo de realizar una serie de actividades que permitirían levantar a su golpeado pueblo.

Los varones, por ejemplo, con palana y pico en mano, se dedican a la nivelación y acondicionamiento de terrenos para la instalación de nuevas viviendas y ambientes para la población.

Cutivalú pudo constatar que un nutrido grupo de vecinos limpiaban una loma donde aseguran instalarán una suerte de tanques para almacenar agua, elemento vital en una zona mayormente desértica. Incluso, bajo el inclemente sol, otro grupo de vecinos estaban levantando con guayaquiles, esteras y calaminas, lo que será su futuro local comunal.

Si bien es cierto, los hombres sí que la sudan, las más de 500 mujeres que habitan Cristo Viene no se quedan atrás. Diana Tezén Amaya, encargada de este grupo, nos explicó que de manera organizada ellas realizan también una serie de acciones que ayudan a levantar a su pueblo.

Una de esas acciones ha sido la conformación de tres comedores populares donde madres de familia preparan los alimentos para toda la población, sobre todo para los niños, niñas y adultos mayores.

Uno de los comedores ha sido instalado bajo un árbol. Aquí las mujeres preparan los almuerzos, en tres cocinas que han recibido como ayuda humanitaria.

Diana Tezén nos contó que en estos comedores, las mujeres preparan el desayuno, el almuerzo y la cena con los mismos ingredientes que semanas atrás los recibieron como ayuda humanitaria, y que ellos han sabido almacenar.

Mientras la dirigente nos contaba cómo almacenaban la ayuda humanitaria, la voz de una mujer se hizo escuchar a través de una emisora: “Se invoca a todos los padres y madres de familia a una capacitación para el cuidado de menores de tres años”.

Diana Tezén nos explicó que estas capacitaciones son dirigidas por algunas ONG´s que han llegado a la zona. Señaló que a través de la emisora se da aviso de muchas actividades e información que la población necesita saber.

Luego de ello, ambos dirigentes reiteraron la decisión de quedarse ahí para siempre. Recordaron que durante las lluvias de 1998, el río también los replegó a ese lugar, sin embargo, decidieron regresarse, muchos de ellos porque no deseaban dejar lo que tanto les costó conseguir.

Ahora las cosas son distintas. Aseguran que no volverán a cometer ese error y se mantendrán en el km 980. Javier Girón sostuvo que la lucha va a ser ardua, sobre todo porque “tras estas tierras también se encuentran muchas constructoras, inmobiliarias e incluso traficantes de terrenos”.

Si bien es cierto fueron golpeados por la naturaleza, lo gratificante es que la población aún mantienen la sonrisa y alegría que les permite seguir avanzando, porque la vida continúa.

1 COMENTARIO

  1. Bravo paisano(a)s ustedes son fuertes y curtidos como el algarrobo, y unidos saldrán adelante, desde la lejanía les mando mil bendiciones.

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