Hace un año, la población de Canchaque soportó una emergencia, un aluvión que arrasó con viviendas, hectáreas de cultivos, ganado y puentes, dejando a 3 mil 600 familias aisladas de los caseríos Potreros, Chorro Blanco, Pampa de Las Minas, Santa Rosa y zonas aledañas.
Los daños se ocasionaron por un deslizamiento en el depósito de material excedente del sector Cruz Blanca, propiedad de la empresa Málaga, que ejecutaba la construcción de la carretera Canchaque – Huancabamba.
A un año de esta tragedia, el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) organizó un conversatorio radial con pobladores de Canchaque, quienes siguen esperando la atención oportuna por parte de las autoridades para reparar los daños ocasionados por esta emergencia que pudo prevenirse, tal como señaló el expresidente de la JASS del caserío La Esperanza, Adan Machado Guerrero, durante su participación.
“El problema sigue hasta hoy día. Se pudo evitar pero no sabemos si fue por falta de experiencia, que no se dieron cuenta de lo que iba a ocurrir o porque se llevaron la plata y no hicieron bien las cosas”, manifestó.
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Por su parte, Janet Guerrero Adriano, lideresa de Canchaque, remarcó que uno de los mayores problemas que generó el aluvión fue la afectación al sistema de agua, pues arrasó con gran parte de la cañería. “El aluvión nos dejó sin agua. Cuando pedimos ayuda al alcalde no nos hizo caso. Fue Cipca quien nos ayudó y nosotras, las mujeres, cargamos la arena para poder solucionar los daños”, enfatizó enérgicamente.
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El coordinador del Núcleo Distrital de Gestión Educativa de Canchaque, Héctor Riofrío Saavedra, señaló que la población de esta zona vive actualmente como si el aluvión se produjo recientemente y no hace un año. Esto perjudica también a los escolares en su retorno a las aulas pues no tienen puentes o caminos accesibles para llegar a los colegios. “Una tragedia de esta magnitud
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A un año del aluvión en Canchaque: puente bailey sigue almacenado, pese a necesidad de la población
