
En el Perú, una de cada cuatro familias acepta donar los órganos de su pariente recién fallecido, y solo 2.2 personas son donantes por cada millón de habitantes. Todos los meses mueren uno o dos pacientes a la espera de un órgano. En este momento, 1,961 personas necesitan un trasplante para continuar viviendo, 95 de ellas son niños.
Lograr robarle algo de vida a la muerte es una tarea titánica que muy pocos conocen, como Roxana Bedoya, joven doctora de la Unidad de Procura del Ministerio de Salud (Minsa), quien renueva todos los días su compromiso de ganar un donante cada día.
Una noche le avisaron de un posible donante. Se trataba de un adolescente de 15 años, Jhon. Tuvo un accidente de tránsito por la tarde y tras evaluarlo en la clínica regresó a su casa. Sin embargo, volvió horas más tarde. Tenía náuseas y vómitos. A las 12 de la noche, convulsionó y entró en coma. A las pocas horas ya tenía muerte cerebral.
“Como era joven, persistí. Me quedé todo el día con su mamá en la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica donde estaba. Mientras ella venía a mirarlo, yo le conversaba y le hacía recordar cuando él era pequeño, le preguntaba cómo lo había criado y muchas cosas más. A las 6 de la tarde logré decirle que, si tanto esfuerzo había puesto en criarlo, en cuidarlo, tal vez le gustaría que no haya sido en vano. Ella se echó a llorar y después de explicarle qué es una muerte cerebral aceptó donar los órganos de su único hijo. Estaba segura de que solo así él podría seguir viviendo en otro cuerpo. Se trasplantaron su corazón, hígado, riñón y corneas”, relata.
Hablarlo en familia
“En el Perú solo una de cada cuatro familias acepta la donación de órganos. El año pasado entrevistamos a 291 familias cuyos parientes tenían muerte cerebral y solo 70 aceptaron. Veinte de esos fallecidos habían registrado en su DNI que querían ser donantes, pero igual siempre consultamos a la familia, por una cuestión de respeto”, detalló la coordinadora de la Unidad de Procura de órganos de la Dirección General de Donaciones, trasplantes y Banco de Sangre del Minsa, Diana Gonzales.
Para la directora general de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre del Ministerio de la Salud, Luz Meza Vargas, es urgente como país debatir la importancia de donar órganos, porque tenemos un rango muy pequeño de donaciones a escala de Latinoamérica, que registra una tasa de 13 donantes por cada millón de habitantes. El Perú llega apenas a 2.2 donantes en la misma escala.
“Un solo cuerpo pueda salvar más de 10 vidas y por eso es importante decir hoy ‘soy donante’ en el Reniec, para que figure en el DNI, además de firmar el acta de consentimiento, que tiene un valor legal”, señaló la funcionaria.
A la fecha, más de 190,000 personas han firmado dicho documento y 3’113,542 han dejado constancia en su Documento Nacional de Identidad que desean donar sus órganos, de los cuales 406,818 tienen entre 25 y 29 años y 386,074 tienen entre 35 y 39 años. Sin embargo, eso no basta para que se dé la donación. La familia debe saber de ese deseo y asegurarse que no se opondrá llegado el momento.
¿Qué es la muerte cerebral o encefálica?
“Desde el punto de vista médico la muerte es un proceso, que puede durar segundos o más. La mayor parte de las escuelas médicas la definen como la ausencia de actividad, espontánea o provocada, en todo el sistema nervioso central, incluyendo cerebro y tronco del encéfalo. Es decir, el chip de nuestra computadora que hace funcionar todo el cuerpo”, explicó el médico de cuidados intensivos del hospital nacional Hipólito Unanue, Guido Hernández.
Agregó que los hitos clínicos que confirman la muerte encefálica son 3: coma profundo, ausencia de reflejos en el tronco cerebral y que el paciente no respire espontáneamente. Esto se confirma con un electroencefalograma.
“Los familiares muchas veces se resisten a la idea de que su pariente esté muerto, porque su corazón aún late, pero eso durará como máximo 72 horas. Tenemos solo ese tiempo para lograr que las familias acepten la donación. Es una carrera contra el tiempo para salvar otras vidas”, agregó Diana Gonzales Zurita, del Minsa.
(Fuente Andina)