El 13 de noviembre del 2000 los peruanos amanecieron viendo a su presidente, Alberto Fujimori, participando en la cumbre APEC, realizada en el sultanato de Brunéi. En medio de denuncias de corrupción y en plena crisis política tras la difusión de los ‘vladivideos’, el exmandatario apareció vergonzosamente en el país asiático.
Cinco días antes, el 7 de noviembre de ese año, Fujimori ordenó que se trasladara al Grupo Aéreo N° 8 las maletas que incautó ilegalmente a su exasesor Vladimiro Montesinos y que contenían los videos grabados clandestinamente en el SIN (Servicio de Inteligencia Nacional).
El excanciller Fernando de Trazegnies aseguró que el presidente tenía “espíritu de samurai” y que afrontaría las acusaciones en su contra, pero Fujimori no parecía dispuesto a hacerlo. Semanas antes de partir se dirigió a todo el Perú en un mensaje a la Nación para anunciar que él mismo encabezaría un “periodo de transición” para entregar el poder en julio del 2001.
Nada de lo que dijo pasó. Días antes de su fuga ordenó a su equipo de seguridad desplazarse por diferentes puntos de la capital. Los medios de comunicación fueron despistados cuando el vehículo oficial salió de Palacio hacia la carretera central.
El viaje a Brunei ya había sido planeado premeditadamente. El 13 de noviembre del 2000 Fujimori anunció que se iba a producir un nuevo allanamiento a la vivienda de Montesinos, en Chaclacayo. Toda la prensa de movilizó hasta el lugar mientras él, con las maletas incautadas a su exasesor, partía del Grupo Aéreo N° 8.
Ese mismo día, el Congreso destituyó a su presidenta, la fujimorista Martha Hildebrandt, luego de que la moción para formar una comisión que investigaría las cuentas de Montesinos fuera frustrada.
El 19 de noviembre del 2000 Fujimori renunció por fax desde Tokio (Japón). El documento no fue aceptado por la representación en el Parlamento y fue destituido por incapacidad moral.
