Subregión de salud Morropón-Huancabamba necesita ambulancia aérea

Foto referencial.

Como «una bomba de tiempo» calificó el director de la Subregión de Salud de Morropón-Huancabamba, Jaime Chanduví Rivas, el riesgo que corren las gestantes de los caseríos del distrito de Pacaipampa, donde cada verano, debido a las intensas lluvias, deben ser trasladadas en brazos por el personal médico, que por varias horas debe caminar para llevarlas hacia el establecimiento más cercano.

Estas declaraciones las dio a CUTIVALÚ luego que se conociera que un grupo de médicos caminaron por más de ocho horas trasladando a una gestante hacia el nosocomio del distrito.

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Para Chanduví Rivas, una solución para atender a las gestantes y otros pacientes que viven en caseríos y que en temporadas de lluvias quedan incomunicados, es que el hospital cuente con una ambulancia aérea, así como más ambulancias terrestres y una camioneta para los lugares de difícil acceso.

“Una ambulancia aérea si es una solución no solo para Pacaipampa, pero nos ahorraría no solo tiempo sino de menor riesgo. El tema es articular desde acá con las autoridades, unidades móviles adecuadas. Hay que solicitar a corto o mediano plazo una nueva camioneta”, explicó el funcionario.

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Asimismo, el representan de la Subregión de Salud se refirió a la preocupación del alcalde del distrito de Pacaipampa, Guido Rojas Hernández, quien en una entrevista con CUTIVALÚ advirtió que no hay médicos en los centros de salud porque estos pese a que tienen sus plazas en dichas zonas cumplen funciones en otras localidades.

“Ha ido un doctor en representación para ver toda la problemática de Pacaipampa se les llevó esterilizadores se les ha devuelto un médico de plaza presupuestada, se está evaluando colocar dos obstetras más, además lo indicadores de Pacaipampa son terribles hemos encontrado anemia, desnutrición. Sabemos que para Pacaipampa históricamente es una bomba de tiempo en cuanto a gestantes y ya ha habido muertes maternas”, manifestó Chanduví.

En tanto, el funcionario dijo que debido a que los caminos son muy complicados y de difícil acceso, el riesgo de vida es alto no solo para los pacientes, sino también para los colaboradores.