
Por: Ortelia Valladolid Bran, coordinadora del área de Incidencia y Desarrollo de Cutivalú
El 5 de junio en Perú se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha muy importante para reflexionar sobre la protección de nuestro planeta. Según datos del Ministerio del Ambiente (MINAM) y el INEI, en Perú, las mujeres desempeñan un papel fundamental en la conservación del medio ambiente y en la promoción de prácticas sostenibles. Por ejemplo, las mujeres representan aproximadamente el 45% de los agricultores y productoras rurales, muchas de las cuales están involucradas en actividades de agricultura ecológica y manejo de recursos naturales, pero no son visibilizadas.
Además, en el contexto del «Baguazo», que refiere a la masacre ocurrida en Bagua, en junio de 2009, fue un evento muy importante y trágico en la historia del país. En ese enfrentamiento, murieron al menos 34 personas, incluyendo a policías y civiles, entre ellos varias mujeres. Este 2025 se cumplen 16 años, y a pesar de que ha habido procesos e investigaciones, aún muchas personas consideran que todavía hay pendientes por esclarecer y que se necesita seguir trabajando para que se haga justicia plenamente por las vidas perdidas en ese trágico evento.
El Baguazo fue un evento muy relevante en la historia reciente del Perú, ya que evidenció las tensiones entre las comunidades indígenas y el Estado, poniendo en el centro la lucha por la protección de sus territorios y derechos. Los lugares más afectados por este conflicto fueron principalmente la región de Bagua, en la Amazonía peruana, así como otras zonas de la Amazonía y la región de Loreto, donde las comunidades indígenas y rurales enfrentaron grandes desafíos en su resistencia.
Estadísticamente, según el INEI, las mujeres en Perú están cada vez más involucradas en actividades relacionadas con la gestión ambiental y la protección de la biodiversidad, aunque aún enfrentan desafíos en acceso a recursos y participación en espacios de decisión. La participación activa de las mujeres en estos ámbitos es esencial para lograr un desarrollo sostenible y equitativo. Es importante recordar que las comunidades indígenas y rurales, en su mayoría lideradas por mujeres, han sido clave en la defensa de sus territorios y recursos naturales. La participación femenina en estos movimientos ha sido crucial para visibilizar las problemáticas ambientales y sociales, promoviendo una mayor inclusión en la toma de decisiones. Sin embargo, el limitado acceso de los recursos naturales, sigue una brecha de género en desventaja para las mujeres muy marcada.
Lamentablemente, en la actualidad, tanto el gobierno como el Congreso parecen estar retrocediendo en la defensa de nuestros territorios y derechos. Desde el gobierno de Dina Boluarte, se han aprobado leyes y políticas que dejan sin protección nuestros territorios, como la flexibilización de regulaciones ambientales y la reducción de controles en actividades extractivas, lo que pone en riesgo la biodiversidad y los derechos de las comunidades, especialmente en un país tan diverso y pluricultural como el Perú. Estas acciones amenazan no solo la protección del medio ambiente, sino también los derechos de las comunidades indígenas, campesinas y rurales, quienes dependen de estos recursos para su supervivencia y bienestar.
Es fundamental seguir apoyando y reconociendo el liderazgo de las mujeres en la protección del medio ambiente y en la defensa de sus derechos. Nuestro país necesita políticas que respeten su diversidad cultural y que protejan sus territorios y recursos naturales para un futuro más justo y sostenible.