Opinión: Bicentenario del Perú, desafíos y sueños de igualdad

Ortelia Valladolid, especialista en género y desarrollo social de Cutivalú.

Por: Ortelia Valladolid Bran

Mujeres y hombres con un trato de respeto y dignidad es uno de los sueños y desafíos en este bicentenario y es lo que nos queda de tarea. Nuestras autoridades, funcionariado y operadores suelen repetir el discurso: “la gente es primero”, “buscamos el bien común”, “trabajamos para el pueblo”. Mientras tanto, nuestra realidad se evidencia en la existencia de muchísimas brechas de género que nos matan sueños, desarrollo, valor y dignidad.

Todo esto se traduce en las miles de niñas con menos de 14 años de edad siendo madres, producto de violaciones sexuales, en los cientos de mujeres víctimas de feminicidio cada año, las tentativas de feminicidio, muertes maternas, mujeres y niñas víctimas de trata de personas, de violencia sexual, física, psicológica y económica. Hay también mujeres con limitado acceso al mercado laboral, a la salud y a la educación, analfabetas y sin oportunidades para participar en procesos electorales. Sin duda, estas y otras brechas se han incrementado en esta época de pandemia sanitaria por el Covid-19.

Siendo esperanzadora, debo decir que estamos en el camino de mejorar este contexto desolador porque hay muchas personas, instituciones y organizaciones gritando: ¡Basta ya de tanta injusticia!, ¡Basta de tanta impunidad!. Merecemos una estabilidad política, social, económica y cultural por medio de la inversión, trabajo y compromiso de los gobernantes y de la ciudadanía, con estrategias integrales, reales y con enfoque intercultural de derechos humanos y de género para que la modernidad sea verdadera, en igualdad de condiciones y oportunidades para mujeres y hombres.

En todo ello, se busca que todas las personas tengan acceso a servicios básicos de calidad y que el verdadero principio sea el respeto al bien jurídico protegido, o sea la persona.

Más sueños y desafíos, se traducen entre otros en:

  • Queremos caminar libres y sin miedo de ser violadas, maltratadas, explotadas y asesinadas.
  • Operadores de la ley 30364 que apliquen los protocolos de base de acción conjunta de manera eficaz.
  • Implementación de las políticas de educación sexual integral para la reducción de los embarazos en adolescentes.
  • Oportunidades para participar en procesos electorales y ser elegidas como autoridades locales, regionales y nacionales.
  • Tener un trabajo digno en igualdad de condiciones como el salario, las horas, funciones y trato.
  • Estado y sociedad civil debe trabajar en conjunto para lograr el bien común y reducir la pobreza.
  • Las niñas, niños y adolescentes merecen protección del estado, de la familia y comunidad en su conjunto.
  • Que las políticas públicas tengan esa mirada de igualdad de género, para que mujeres y hombres hagamos cumplir nuestros derechos.

Que en esta fecha conmemorativa del bicentenario se cumpla el gran significado de revalorar nuestra identidad, de amar nuestras raíces como mujeres y hombres con intereses y necesidades diferentes. Aquí es donde necesitamos que el diseño y la implementación de las políticas sean con equidad de género, con verdadera  justicia social. ¡Somos libres, seámoslo siempre!