Un total de ocho niños del PRONOEI «Rayito de Luz», ubicado en el asentamiento humano Micaela Bastidas, distrito de Veintiséis de Octubre, reciben sus enseñanzas bajo un techo a punto de caerse, paredes con rajaduras y un mobiliario que ya sobrepasó su límite de uso.
Cutivalú llegó hasta el PRONOEI y comprobó que tampoco cuentan con el servicio de agua potable las 24 horas; mucho menos, tienen los suficientes juegos didácticos para su estimulación pertinente.
El hecho causa preocupación debido a que, a pesar de los problemas antes mencionados, los menores continúan asistiendo a sus clases.
Según comentó la madre de familia, Jenny Mayra, han pedido ayuda en reiteradas ocasiones a la municipalidad de Veintiséis de Octubre; sin embargo, argumentan que no tienen presupuesto para arreglar la infraestructura.
Por ello, se han visto en la obligación de usar sus propios recursos para poder mejorar el espacio y sus menores hijos reciban sus clases con comodidad. De igual enfatizó: «hay mucho por mejorar».
«Hemos presentado muchas solicitudes, pero todas han sido denegadas. Los estudiantes viven de donaciones, pero no debe ser así. Queremos ayuda para nuestros niños», añadió.
A su turno, la docente Clementina Pingo Salazar, cuestionó que las autoridades siempre manifiesten su preocupación por la educación, pero poco hagan para mejorarla. Lamentó que los estudiantes del PRONOEI se encuentren en el olvido y sin su apoyo.
Los padres de familia y docentes esperan recibir la ayuda necesaria, con el fin de mejorar la educación de los menores.
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