Niño piurano queda en segundo lugar de concurso de audiocuento

Su audiocuento ganador se titula “Las ciudades geométricas”. Foto: Telfonónica

Menor de 10 años creó una historieta en la que 2 amigos tienen que desarrollar diferentes problemas matemáticos para resolver un misterio enigmático.

El niño Alexander Lupuche Juárez es el piurano ganador del segundo puesto en la categoría de audiocuentos del concurso Oráculo Matemágico de Fundación Telefónica Movistar, que convocó a más de 800 participantes.

Alexander, de 10 años, es el mayor de tres hermanos y actualmente estudia en el colegio Mariano Díaz de Piura. Conoció la aplicación del Oráculo Matemágico a partir del concurso y en sus tardes libres practica matemáticas a través del juego.

«LAS CIUDADES GEOMÉTRICAS»

Su audiocuento ganador se titula “Las ciudades geométricas” y narra la historia de dos amigos que viven diferentes aventuras y que, durante su búsqueda, descubren los misterios del juego de las matemáticas. En la historia, convierten en héroe al reconocido matemático Pitágoras, quien dejó como legado su famoso teorema que lleva su nombre. Tras desarrollar diferentes problemas matemáticos, los protagonistas logran resolver el enigma y guardar el secreto de la orden del Oráculo Matemágico.

En la categoría de audiocuentos, destacó Amira Tinoco, escolar de 11 años que vive en Ica y que ocupó el primer lugar. Ella decidió crear una heroína inspirada en experiencias de su escuela: su personaje es víctima de bullying, pero se sobrepone y llega ser la líder de un grupo de aventura y caza misterios, emprendiendo un viaje por las enigmáticas líneas de Nazca donde encuentra acertijos matemáticos.

COMPETENCIA CREATIVA

La II Edición del concurso tuvo la participación de más de 800 escolares de todas las regiones del país, quienes demostraron que vivir en confinamiento no significó que su imaginación haya quedado en el encierro, sino en un amplio campo de creatividad. La competencia les permitió plasmar sus vivencias pre y durante la pandemia, y se atrevieron a jugar con sus palabras para narrar sus cuentos.

Fuente: La República