El pánico se apoderó, de norte a sur, de gran parte de los 120 millones de habitantes del país. Muchos salieron a las calles en pijamas, cargando a sus hijos o a sus mascotas.
Diez personas fallecieron en una zona montañosa del estado de Oaxaca (sur), cuatro más en el vecino Chiapas, en cuya costa fue el epicentro, y dos menores en Tabasco.
Las autoridades advierten que este número puede aumentar en las próximas horas. En Juchitán, también en Oaxaca, «hay casas colapsadas con gente al interior de las mismas«, dijo Luis Felipe, coordinador general de protección civil federal, a la cadena Televisa.
De momento, en los estados del centro del país y en Ciudad de México, una megalópolis con 20 millones de habitantes, no se registraron mayores daños materiales ni se reportaron víctimas.
Las autoridades alertaron además sobre una réplica superior a 7 en las próximas horas.
«Otro más no»
El temblor hizo revivir a muchos la pesadilla del sismo de 8.1 grados del 19 de setiembre de 1985 que devastó a Ciudad de México y dejo unos 10,000 muertos.
«Otro más no, Dios, por favor no«, rezaba de rodillas una mujer de unos 60 años.
En las calles del centro de la capital se escucharon gritos al ver cómo algunos vidrios se reventaban durante el sismo.
«Iba manejando cuando empezó a temblar, ¡se meneaba el coche!«, contó a la AFP Cristian Rodríguez, un conductor de Uber de 28 años que circulaba por el norte de la ciudad.
El temblor también sacudió a la mayor parte de Guatemala, donde no se reportaban hasta la madrugada víctimas o daños. La prensa local guatemalteca informó de cortes de electricidad en algunos poblados del oeste, fronterizo con México.
México se ubica entre cinco placas tectónicas, cuyos movimientos convierten al país en uno de los que registra mayor actividad sísmica en el mundo.
Tras el sismo de 1985, se endurecieron las reglamentaciones en materia de construcción y los planes de protección civil.