La adolescencia, una oportunidad para romper cadenas de desigualdades entre mujeres y hombres.

Por: Ortelia Valladolid Bran, coordinadora del área de Incidencia y Desarrollo de Cutivalú

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia oscila entre los 10 y 19 años de edad. Se le conoce también como la edad del segundo nacimiento porque puedes transformarte y transformar. Para la Universidad de Navarra la adolescencia se caracteriza por el crecimiento físico y psicológico de la persona, es en esta época donde se da el proceso de maduración del cerebro. Es decir la materia gris se convierte en materia blanca, alcanzando el cerebro su máximo tamaño.

La adolescencia es un momento crucial para la definición de la personalidad de las personas porque es en este momento donde el cerebro se reordena a través de una especie de poda de las ramificaciones eliminando lo que no es necesario y reorganizandose para la generación de nuevas conexiones neuronales.

Es en esta época también donde se perfeccionan las capacidades de estudio, cognitivas, físicas y por supuesto también de los diferentes comportamientos. En ese contexto la adolescencia se convierte en esta oportunidad para formar personas íntegras desde su relacionamiento con respeto y responsabilidad entre sí, entre las mismas personas consigo mismo y, por supuesto, con los demás, con el resto de los seres humanos.

Asimismo, es el momento también en el que podemos formar y transformar habilidades cognitivas. Es en esta edad donde se puede y se debe identificar señales de agresión o también de víctimas para poder direccionar este comportamiento en comportamientos positivos y necesarios para la sociedad. Se hace necesario invertir en la adolescencia en su atención especializada y diferenciada en todos los aspectos de su vida. Esta intervención nos da la esperanza para contribuir en una convivencia donde las mujeres y los hombres seamos una verdadera ciudadanía.