Hospital de Alta Complejidad en riesgo por la indiferencia de nuestras autoridades

Oscar Altamirano, coordinador de Prensa de Cutivalú
Oscar Altamirano, coordinador de Prensa de Cutivalú

Por: Oscar Altamirano, coordinador de Prensa de Cutivalú

Como si no bastaran las equivocaciones constantes de este gobierno, las últimas decisiones de la presidenta Dina Boluarte ponen en nuevo riesgo el desarrollo de un sinfín de proyectos de inversión pública para Piura y el país.

De acuerdo al Ejecutivo, se extinguirán 14 programas nacionales encargados de ejecutar proyectos en las regiones. Estos pasarían a ser dirigidos por la Autoridad Nacional de Infraestructura, la ANIN, esa institución que nació prematuramente deficiente y que, en el camino, sólo ha sabido adolecer de capacidad resolutiva.

Según el Ejecutivo, la medida permitirá ahorrar, en promedio, 4 mil millones de soles para el año 2026. Incluso, aseguran que de junio a diciembre de este 2025, el ahorro será de 2 mil 500 millones de soles. Pretende desaparecer de un plumazo programas nacionales que se manejaban de manera autónoma para la ejecución de proyectos para la ciudadanía.

«Dina Boluarte quiere que la ANIN se encargue de todos los proyectos y obras que tienen cada uno de estos 14 programas nacionales. Esto será un verdadero colapso»

El funcionamiento actual de estos programas nacionales, desde sus propios ministerios rectores, tampoco ha tenido el resultado esperado. Allí, tenemos colegios abandonados, obras de agua y alcantarillados estancados y hospitales que no avanzan en la medida necesaria, a pesar de las condiciones en que vive la población. Y a pesar de ello, ahora, Dina Boluarte quiere que la ANIN se encargue de todos los proyectos y obras que tienen cada uno de estos 14 programas nacionales. Esto será un verdadero colapso.

Pero, de los múltiples proyectos que podrían quedar abandonados por esta peligrosa decisión, detengámonos en un tema específico, por el momento: el hospital de Alta Complejidad. Esta obra requiere un presupuesto de más de 950 millones de soles y garantizaba más de 600 camas hospitalarias con más de 7600 equipos de alta tecnología. Lograr este proyecto permitiría que 3 millones de ciudadanos, tanto de Piura, como de Tumbes, Cajamarca y Lambayeque, puedan recibir una atención médica de calidad. Pero parece que esa posibilidad se diluye, gracias a la indiferencia del Ejecutivo y a la complacencia de las autoridades regionales, como el propio Luis Neyra.

A pesar de que el Ministerio de Salud firmó contrato con el Reino Unido para realizar este proyecto, no se conoce aún cuál será la participación del país ganador. Esto pone serias dudas en la ejecución final de este ansiado proyecto.

«Si el Hospital de Alta Complejidad no se avanzó estando en el PRONIS, ¿Qué garantiza que se ejecute, teniendo a la ANIN a cargo? Un verdadero acto de traición al pueblo de Piura que clama por una salud de calidad«

El anuncio se hizo en agosto del 2024, cuando el PRONIS, el Programa Nacional de Inversiones en Salud, aseguraba la continuidad del Hospital de Alta Complejidad. Sin embargo, ahora, el PRONIS y otros 13 programas nacionales desaparecerán de la burocracia nacional. La reciente amenaza de eliminar el proyecto del banco de inversiones del Estado es un atentado directo no solo contra los piuranos, sino contra todo el norte del Perú.

La conclusión es básica: Si el Hospital de Alta Complejidad no se avanzó estando en el PRONIS, ¿Qué garantiza que se ejecute, teniendo a la ANIN a cargo? Un verdadero acto de traición al pueblo de Piura que clama por una salud de calidad.

Eliminar el Hospital de Alta Complejidad de Piura del proceso de inversión pública no es simplemente un trámite técnico. Es una sentencia de muerte para miles de pacientes que hoy no encuentran atención especializada en la región y que deben trasladarse, con suerte, a hospitales saturados de Lima o Trujillo.

«Todo es una cadena de negligencia institucional que deja huella en cada familia piurana que pierde a un ser querido porque no hubo un tomógrafo disponible«

El cáncer, las enfermedades renales, los accidentes cerebrovasculares, los partos de alto riesgo; todos estos casos médicos requieren infraestructura, tecnología y personal médico altamente calificado. Son recursos que Piura reclama hace varios años.

¿Y cuáles son las consecuencias de no tener un hospital acorde con las necesidades urgentes de la población? Pues, lo más obvio. Esto se traduce en diagnósticos tardíos, tratamientos deficientes y muertes que ya no podemos contar con los dedos.

Todo es una cadena de negligencia institucional que deja huella en cada familia piurana que pierde a un ser querido porque no hubo un tomógrafo disponible, una unidad de cuidados intensivos con camas o un neurocirujano de guardia.

¿Por qué Piura sigue esperando? Por falta de voluntad política. Los miles de millones de soles que se pierden en corrupción, consultorías innecesarias y obras fantasmas podrían haber financiado no uno sino varios hospitales de alta complejidad en el norte del país.

El gobierno regional de Piura, con el desubicado Luis Neyra a cargo, tampoco se libra de culpa. La pasividad, la falta de liderazgo y la incapacidad que demuestra “Lunele” para defender los intereses de su población ante el Ejecutivo, lo convierten en cómplice de este abandono.

Lo único que hemos escuchado hasta el momento son declaraciones tibias o promesas en redes sociales. Pero eso no basta. Se necesita acción, presión política y gestión efectiva. Mientras Luis Neyra gobierna -o aparenta que lo hace- con los brazos cruzados, la población piurana sigue muriendo en los pasillos de los hospitales y hasta en la puerta de los mismos nosocomios sin ninguna dignidad.

Es momento de que la ciudadanía, las organizaciones sociales y los colegios profesionales se unan para exigir lo que nos corresponde. No es un favor. ¡Es un derecho! Dejar morir el Hospital de Alta Complejidad será cometer una injusticia histórica para todo el norte del país. Los piuranos no pueden seguir esperando. El hospital tiene que construirse, y tiene que construirse ya.