En los caseríos de Progreso Bajo, Progreso Alto y Punta Arenas en Tambogrande, aproximadamente 950 familias consumen agua altamente contaminada procedente de los canales de irrigación del reservorio San Lorenzo, según denunció Cristóbal Pulache, docente tambograndino.
El profesor y dirigente indicó que debido a la falta de agua potable las familias compran bidones a las cisternas que los abastecen cada semana.
“Compramos el agua más cara de Piura y se puede decir del Perú, nos cuesta 100 a 150 soles mensuales”, manifestó.
Según Pulache, los vecinos viven en estas condiciones desde la creación del caserío, hace más de 170 años. Agregó que solo reciben seis latas de agua por familia y la guardan para cocinar sus alimentos.
Cuando no compran agua de las cisternas, deben recogerla de los canales de regadío, ubicados a 3 km de donde viven. El docente sostiene que el proyecto de la Planta de Tratamiento de Agua lleva 12 años sin culminar. “A pesar de que el expediente técnico se presentó desde el 2020, hasta la fecha no se ha terminado”, enfatizó.