Luego que se conociera que el papa Francisco respalda la unión civil entre personas del mismo sexo, la vocera de la comunidad LGTBI en Piura, Tonika Antón Farfán, saludó el respaldo del máximo lider de la Iglesia Católica a este tema que aún genera mucha controversia en varios países del mundo. Sin embargo, opinó que el Sumo Pontífice debió usar un término más amplio que el de homosexuales para visibilizar a toda la comunidad LGTBI que padece una gran problemática en torno al respeto de sus derechos, y por los cuales aún se debe trabajar.
Antón Farfán explica que si bien la unión civil entre personas del mismo sexo es un primer paso, lo ideal sería el matrimonio, pues no es una cuestión de derechos patrimoniales, sino también, de derechos personales como la de formalizar una relación sentimental de pareja.
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Mesa de Diálogo
En ese sentido, Tonika Farfán propone instalar una mesa de diálogo con el Estado, la Iglesia y la comunidad LGTBI para implementar en el país la unión civil entre personas del mismo sexo, que implicaría también la inclusipón de derechos políticos, sociales y económicos.
La vocera de la comunidad LGTBI en Piura sostiene que debe aprovecharse lo declarado por el papa para fomentar estos espacios, sobre todo, porque ya son varios los proyectos de ley que están a la espera que el Congreso los debata.
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“Esperanza y alegría”
Para el sacerdote jesuita Paco Muguiro, las declaraciones del papa Francisco respaldando la unión civil entre homosexuales le ha generado “esperanza y alegría, porque siente que la Iglesia abre los ojos y es una Iglesia de la calle”. En ese sentido, Muguiro recordó que el Cristianismo no debe definirse sólo como una religión con sus respectivos rituales, sino también como un estilo de vida diaria, poniendo énfasis en nuestro actuar con los demás. Entre ellos, los homosexuales.
Paco Muguiro reconoce que la Iglesia Católica siempre ha tenido una postura cerrada ante la unión civil y el matrimonio entre homosexuales, debido a que siempre ha visto al sexo con fines procretivos, y no para fines placenteros, propios de nuestra condición humana.
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