Por este motivo, recomendó evitar exponerse a estos humos tóxicos, incluso a protegerse de respirar aire contaminado por polvo y gases.
“Si se va a cocinar con leña o bosta, debe ser en un cuarto amplio que tenga la debida ventilación o chimenea, y sobre todo, alejado de las habitaciones”, señaló.
En todo caso, dijo, esto podría hacerse en cocinas que estén en ambientes separados de la casa o al aire libre.
Otra sugerencia es que, para reducir riesgos, quienes viven cerca de fábricas o lugares donde hay mucho polvo o “tierra muerta” deben usar mascarillas, en la medida de lo posible, cuando el aire esté muy contaminado.
Igualmente, aquellas personas que trabajan en la construcción de viviendas o edificios, o en fábricas de donde emana humo y elementos tóxicos como el polvillo de los ladrillos y otros materiales”.
Mencionó también que el polvo de metales duros, el polvo de carbón, de granos e, incluso, el excremento de las aves y otros animales pueden ser causantes de la fibrosis pulmonar.
El neumólogo señaló que los síntomas de la fibrosis pulmonar pueden ser la presencia de tos seca, dificultad para respirar, la fatiga, la pérdida de peso sin causa aparente, dolor en los músculos y articulaciones, entre otros.
Agregó que “el desarrollo de la fibrosis pulmonar varía de acuerdo al organismo de cada persona, pues en algunos casos se desencadena de manera rápida causando la muerte del individuo en pocos meses, y en otros casos, los síntomas se presentan paulatinamente, incluso, durante meses o años”.
Ante la aparición de estos síntomas es fundamental ir al médico para una oportuna evaluación y posterior tratamiento.