Nuestras voces existen es un libro que recoge los testimonios de violencia sexual ocurridos en Manta durante el conflicto armado interno de los 90. En este libro, María, Marilia y Teresa nos cuentan lo que sucedió, qué sintieron y qué consecuencias les trajo porque ellas, junto a seis mujeres más, llevan 20 años luchando por justicia.
“Esta es una lucha que las mujeres han emprendido de manera muy valiente […] pues ellas están convencidas que, por muy duro que sea este camino, es un camino necesario ya que necesitan también cerrar este capítulo de sus vidas”, contó Cynthia Silva Ticllacuri, directora del Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer (DEMUS).
Agregó que es parte de su proceso de recuperación y reparación integral; “de hecho, cuentan en el libro todo lo que han vivido porque quieren contribuir a la memoria histórica del país”.
El caso Manta y Vilca
Hace 38 años ocurrieron los hechos. “El caso Manta es un caso emblemático, un caso que fue denunciado por la propia Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en el 2003 y presentado ante el Ministerio Público”, narró Silva Ticllacuri.
En 2016 se inició el primer juicio contra 14 militares. Trece permanecieron en un solo proceso y uno fue juzgado en otro tribunal por ser menor de edad cuando se cometieron los hechos materia de juzgamiento.
Tras una serie de irregularidades denunciadas por DEMUS, que realiza acompañamiento jurídico y psicológico de tres de las demandantes, y el Instituto de Defensa Legal (IDL), que lleva seis casos, el proceso se anuló y se conformó un nuevo tribunal de la Sala Penal Nacional. La Corte Suprema se pronunció respecto a que “hubo falta de imparcialidad, revictimización y se limitó el derecho a la prueba y la verdad”.
En 2019, se inició el segundo juicio. Al 2023, el juicio continúa y es un proceso es lento
Se repite el patrón
Para la abogada, este caso se enlaza con lo que vivimos actualmente “porque el Estado peruano no ha aprendido de las violaciones de derechos humanos que se han cometido en el pasado”.
“Nosotras podemos recoger, de lo que viene pasando, un patrón. Todavía la Policía y las Fuerzas Militares cometen violencia sexual contra las mujeres en las mismas lógicas de desmoralización y castigo a las mujeres”, aseveró.
Cifras para recordar
Según el Registro Único de Víctimas del Consejo de Reparaciones, entre mayo de 1980 y noviembre del 2000, se ha inscrito a un total de 4 mil 866 víctimas de violación sexual, mil 447 por otras formas de violencia sexual (esclavitud sexual, unión forzada, prostitución forzada y aborto forzado) y 207 hijos producto de la violación sexual (datos actualizados hasta el 14 de junio de 2022).
El informe final de la CVR, presentado en el año 2003, revela que el 83 % de casos de violación sexual registrados durante el conflicto fueron cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional en diferentes zonas del país, siendo Huancavelica el segundo departamento con el mayor número de casos registrados.
El capítulo especial del informe ‘Violaciones ocurridas en las bases militares de Manta y Vilca’, precisa que el mayor número de casos ocurrió entre 1984 y 1990. Además, se indica que la violencia sexual fue utilizada como parte de una estrategia antisubversiva de tal magnitud que configuraría un crimen de lesa humanidad por tener un carácter generalizado y sistemático.
