Comentario|| ¡EXIGIMOS UN TRABAJO DIGNO E IGUALITARIO!

Te presentamos el comentario de hoy.

Por: Lic. Miguel Márquez Morante, coordinador del proyecto “Tu vida no tiene precio, denuncia la trata”

En el Perú, el 1 de mayo se conmemora el Día Internacional de las y los trabajadores, desde principios del siglo XX y ha dado lugar a manifestaciones de sindicatos y organizaciones de las y los trabajadores. Debemos tener presente que nuestra Constitución Política declara en su artículo 22 que “el trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y un medio de realización de la persona”. No obstante, la realidad de las y los trabajadores está marcada en nuestro país por un índice que representa la informalidad, lo que quiere decir que más de dos terceras partes de nuestros trabajadores carecen de derechos sociales: vacaciones pagadas, formación permanente, pensiones dignas y un seguro de salud.

Si a esto le sumamos las brechas de género, las mujeres enfrentan una realidad desafiante en cuanto a acoso laboral, trata de personas, violencia de género y mucho más. Según el informe de CEPAL 2023, en 18 países de América Latina y el Caribe, el 43% de las personas concuerdan con la afirmación «cuando una madre trabaja, las y los niños sufren». Este porcentaje evidencia la persistencia de los roles tradicionales por género, afectando las decisiones y oportunidades de las mujeres.

La falta de servicios de cuidado y licencias adecuadas también obstaculiza el progreso de las mujeres que deciden ser madres. Las diferencias en las licencias de maternidad y paternidad en el Perú son alarmantes, las primeras cuentan con 98 días de descanso pre y post natal. Por otro lado, los padres gozan de un derecho de cuatro días de descanso. Sin embargo, los cuatro días de licencia que recibe el padre se cuentan como días calendario. Por esa razón, si coinciden con feriados o fines de semana, se reducirían a un día o dos de descanso efectivos.

En ese sentido, encontramos que la política presenta vacíos y no promueve que los hombres se involucren en el ámbito de cuidado del hogar y de los integrantes de la familia. De otro lado, la madre se ve obligada a tomar 98 días de licencia por maternidad que, si bien le permiten descansar y generar un vínculo con el hijo, se ve limitada de retomar sus labores profesionales.

A todo lo expresado, el Estado debe implementar políticas que permitan a las empresas materializar las ventajas de la formalidad y a su vez puedan contratar de manera formal a sus trabajadores, que incluye todos los derechos y beneficios laborales. Además, se debe debatir la licencia por maternidad, al ser de carácter mandatorio, limita a aquellas mujeres que podrían reinsertarse en su centro de trabajo en un periodo de tiempo inferior a 98 días, siempre que el centro de trabajo respete en efecto la decisión de la madre. La autonomía en la toma de decisión entre tomar la licencia o volver al centro de trabajo podría producir mejoras en el estado de ánimo, reducción del estrés y un mejor clima en el ámbito familiar. En esa línea los hombres se deben involucrar en la crianza de los hijos, y promover la corresponsabilidad de las tareas de cuidado. Desde Cutivalú como medio de comunicación promovemos el derecho a un trabajo digno e igualitario.