Hace casi tres semanas, la Municipalidad Provincial de Piura inició los trabajos de demolición del parque Néstor Martos, ubicado en la Urb. Santa Ana, con el fin de construir el polémico “Parque de las Aguas”, el cual cuenta con el rechazo de los vecinos de dicha zona.
Así, desde que iniciaron dichas labores, los moradores han venido reportando cada una de las incidencias que ocurren en el mencionado parque, desde ardillas muertas hasta árboles afectados; así como la huida de algunos animales y la caída de nidos de aves.
“Desde que empezó la obra vemos el día a día de los animales por salir del parque de una manera desesperada por todo lo que está pasando, desde la maquinaria súper pesada que han traído, cuando no se quedó en eso, como tumban sus nidos, y más. Acá se ha producido un desorden total, destruyendo el hábitat de las ardillas, pacazos, aves y otros animales”, dijo una de las moradoras a Cutivalú.
Para los vecinos protestantes de las urbanizaciones Santa Ana, El Chilcal, Talara, Bancarios, Magisterial, entre otros, esta acción de la comuna piurana se convierte en un ecocidio que no cuenta con la atención de entidades como Serfor o Fiscalías Especializadas en Materia Ambiental (FEMA). Pues, según señalan, se comunican con dichas instituciones, pero éstas no acuden a atender su llamado.
“Estamos realmente indignados porque acá ni siquiera los vecinos tenemos la tranquilidad con toda esta bulla que hay y ver destruir nuestro parque es una tristeza. Las autoridades no nos apoyan. Lo único que dicen es que toda obra tiene un impacto y bien gracias. Ven los animales y ni siquiera les interesa”, sostuvieron.
Minitemblores en el parque Néstor Martos
La circulación de volquetes, aplanadoras y demás maquinaria pesada se está convirtiendo en el principal dolor de cabeza para los vecinos. Y es que, según manifiestan los moradores, el parque Néstor Martos es el «epicentro de minitemblores» que retumban las paredes y ventanas de sus viviendas.
“Este ruido no es el ruido de una maquinaria normal. Está vibrando todas las lunas de nuestras casas, y algunas hasta se han roto. Mi hijo de dos años me alcanzó en sus manos un vidrio quebrado. ¿A quién responsabilizo si se hubiera cortado? Eso ya es demasiado. Si no está afectando a nosotros como vecinos, imagínese a los animales, se caen los nidos. En el expediente dijeron que se iba a utilizar una maquinaria pequeña, pero aquí hay maquinaria enorme. Se están mutilando los pacazos, las ardillas”, manifestó la vecina Gabriela Ruíz Mauricio.
