El expresidente Alan García tuvo que salir de la embajada de Uruguay en Lima, luego de que el gobierno de ese país rechazara darle asilo, al considerar que no es un perseguido político, sino un investigado por la justicia.
Al respecto, la docente Susana Mosquera, especialista en Derecho Internacional de la Universidad de Piura (Udep), señaló que García tiene dos posibilidades, la primera mejoro que la segunda: allanarse a la justicia peruana o buscar asilo en la embajada de otro país.
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“Va a ser mejor que el expresidente Alan García colabore [con la justicia], porque solo tiene impedimento de salida del país, no ha perdido su derecho a transitar libremente. Lo otro me parecería muy desafortunado”, consideró Mosquera en diálogo con CUTIVALÚ.
La especialista de la Udep explicó que, si bien la decisión del gobierno uruguayo es importante porque ratifica que en Perú no hay persecución política, sino que se vive en una democracia y un Estado de Derecho, ello no implica que otro país también deba rechazar el asilo político a Alan García.
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“No es un precedente. Cada país tiene plena autonomía para calificar los hechos, esa es la característica del asilo político en su regulación latinoamericana. Si en un país un hecho es considerado delito penal, en otro país se puede considerar un acto político”, explicó Susana Mosquera.
En su opinión, la situación del expresidente Alan García no amerita una solicitud de una prisión preventiva, pues ya es suficiente con la orden de impedimento de salida del país por 18 meses.
“Sería una maniobra equivocada de la Fiscalía, pero habría que considerar si a lo mejor es necesaria [la prisión preventiva], por el riesgo de entorpecer la justicia o desaparecer pruebas”, finalizó Mosquera.
